Pandemia del feminicidio en Latinoamérica: el 77% de los asesinatos de mujeres, impunes

En Nicaragua, Brasil o Argentina aumentan de modo alarmante los crímenes machistas. "El cuerpo de la mujer se ha convertido en campo de batalla, en el territorio en el que los hombres establecen disputas", señalan. Hoy y mañana expertos debaten esta problemática en Madrid.


Si el mapa de los feminicidios tuviera forma de país, Ciudad Juárez sería la ciudad emblema, pero la capital estaría ubicada en algún punto de Guatemala o El Salvador -donde el número de asesinatos de mujeres violadas, mutiladas y semienterradas superan la media de una mujer muerta al día de la ciudad mexicana.

El denominado 'triángulo de la violencia', la zona más peligrosa para nacer mujer, está formado por Guatemala, Honduras y El Salvador (1.798 mujeres muertas en 2009). Las asociaciones de defensa de los derechos humanos denuncian en estos tres países un rampante incremento de los homicidios de mujeres por el hecho de ser mujeres y, lo que es aún peor, un desinterés institucional que deja impunes el 77% de estos crímenes.

"Es una pandemia", denuncia Graciela Atencio -editora del portal de Internet feminicidio.net-, "En Guatemala, cada día matan a dos mujeres. En El Salvador, país de 6 millones de habitantes, el año pasado murieron violentamente 560 mujeres. Como si en la Comunidad de Madrid aparecieran tiradas en los bordes de las rutas 560 muertas al año.

Feminicidio es el término que las activistas latinoamericanas han tomado prestado del inglés (femicide) para definir la proliferación de asesinatos de mujeres por el hecho de ser mujeres, ya sean perpetrados por extraños o por las parejas o exparejas sentimentales. También incluye las violaciones que llevan a cabo efectivos de las fuerzas del orden público, policías o militares. Así como el tráfico de mujeres con fines sexuales.

En su orígen, la feminista mexicana Marcela Lagarde acuñó el término para describir unos asesinatos de idéntico patrón: "Ocurren en zonas francas, cuando las mujeres jóvenes van a trabajar y precedidos de agresiones sexuales y mutilaciones. No es que sean inéditos, han ocurrido antes, pero han crecido y se han extendido a otras zonas en las que las mujeres son vulnerables", explica Julia Tamayo, responsable de Violencia de Género de Amnistía Internacional.

Pero la grave situación ya no sólo afecta a Ciudad Juárez. En México hay otras diez localidades con más incidencia de feminicidios. Y las ONG denuncian que en Nicaragua, Brasil o Argentina se han disparado los crímenes de poso machista. En América Latina, "el cuerpo de la mujer se ha convertido en campo de batalla, en el territorio en el que los hombres establecen disputas y buscan representar el poder en relación a otros hombres", explica Tamayo.

Según las expertas, la alta militarización de la zona y el avance de las mafias del narcotráfico o las bandas callejeras, son circunstancias que ponen aún más si cabe en peligro a las mujeres.

La Casa de América de Madrid reúne hoy y mañana a juristas, políticos y miembros de ONG en unas jornadas que buscan precisamente diseñar herramientas para reducir la altísima impunidad de estos crímenes, que alcanza el 98% en países como Guatemala.

Si los crímenes quedan impunes se lanza el mensaje de que no hay castigo y se crea un caldo de cultivo para el delincuente

En México, el 57% de los asesinatos de mujeres cometidos de 2005 a 2010 siguen sin estar resueltos, dijo recientemente Luz Estrada, del Observatorio Ciudadano Nacional de Feminicidios, al diario Reforma. "Si fuera el 57% de los casos de un año, sería aceptable, porque estas investigaciones son lentas, pero que después de cinco años las autoridades no sepan quién mató al 57% de las mujeres es muy grave. Significa que hay impunidad para estos crímenes".

"Los expertos creen que hay un fallo estructural del sistema judicial, corrupción de las fuerzas de seguridad, machismo y una sociedad que no presiona", resume Graciela Atencio. "Y si los crímenes quedan impunes se manda un mensaje de que no hay castigo y se crea un caldo de cultivo para los delincuentes", advierte esta periodista que pasó varios años reportando muertes salvajes en Ciudad Juárez.

Julia Tamayo insiste: "La base de todas las violencias está en las relaciones de poder, de desigualdad y de discriminación que han predominado en la administración de la Justicia. Para ellos, la vida de las mujeres no tiene valor y tienden a culpabilizar a las mujeres, que si salieron de noche, que cómo iban vestidas, y quien termina siendo juzgada es la víctima", critica.

Fuentes: 20minutos.es y feminicidio.net

http://www.rionegro.com.ar/diario/rn/nota.aspx?idart=561565&idcat=9574&tipo=2

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