Síndrome de Estocolmo

Síndrome de Estocolmo
Sábado, 13 de Agosto de 2005
Lic. Martha Treviño
http://www.elporvenir.com.mx/notas.asp?nota_id=22871


La violencia desarrolla varios síndromes entre ellos el de la indefención adquirida, es cuando la víctima piensa que no hay salida por procesos que la paralizan.

Dentro de los diferentes estudios, conferencias, libros y artículos que hablan sobre la violencia familiar, el “Síndrome de Estocolmo” es el que mas se arraiga, el mas difícil de entender ya que involucra una serie de elementos y emociones que dificultan el proceso y la evolución del tratamiento.

La violencia desarrolla varios síndromes entre ellos el de la indefención adquirida, es cuando la víctima piensa que no hay salida por procesos que la paralizan, como el miedo y la pobre visión de alternativas por las cuales encontrar una solución.

Por otra parte vemos el “Síndrome de Estocolmo” que es cuando las mujeres tienen independencia económica y recursos personales y posibilidades alternas y aún así continúan en la relación donde son víctimas de violencia.

Es interesante ver a estas mujeres que emprenden actividades donde hacen pensar en su entorno que no están paralizadas por el miedo, hasta logran éxitos en otras áreas y en muchas ocasiones son las que generan el sustento familiar, en otras son personas con un alto nivel intelectual, sin embargo no se atreven a dejar la relación han creado una relación paradójica en un vínculo afectivo que es muy fuerte, defendiendo al agresor pensando que ellos tienen razón, retirando las denuncias que en un momento de lucidez lograron hacer y al repetir una y otra vez estas reacciones hacen pensar “está ahí porque quiere” “está porque le gusta”.

Algunos teóricos han tratado de arrojar luz sobre la ocurrencia de estos vínculos paradójicos entre víctima y agresor, fundamentalmente apelando a claves afectivas o emocionales.

Dutton y Painter (1981) han descrito un escenario en donde dos factores como el desequilibrio del poder como el de un continuo trato de bueno – malo, van generando en la mujer maltratada un lazo traumático que la une con el agresor con conductas de docilidad.

Este abuso crea y mantiene a la pareja en una dinámica de dependencia afectiva producido por la alternancia entre refuerzos y castigos.

Otro modelo que busca explicación es el del “tratamiento factorial de Graham sobre reacciones tipo síndrome de Estocolmo”, este modelo está basado en un estudio en mujeres jóvenes sometidas a abuso por parte de su pareja desde el noviazgo y es el producto de un estado disociativo que lleva a la víctima a negar la parte violenta por parte de su pareja mientras desarrolla un vínculo afectivo con el lado positivo de la relación, negando así sus propias necesidades y volviéndose hipervigilante ante las del agresor.

En el Congreso de la Internacional Society for Research on Agression celebrado en Julio del año 2000 se expuso una estructura secuencial de reacciones psicofisiológicas que terminan en generar en la mujer sometida al maltrato una variante del “Síndrome de Estocolmo” clásico Montero (2000) el cual es “Síndrome de Estocolmo Doméstico” y sus siglas son (SIES-d).

Este se determina por un patrón de cambios tanto cognitivos como de adaptación en que la víctima se ve atrapada y es mediante un proceso de cuatro fases:

Desencadenante, reorientación, afrontamiento y adaptación que de una manera rápida y sencilla trataré de explicar.

Las primeras palizas romperán el espacio de seguridad construido y donde había depositado su confianza y expectativas, esto crea desorientación y pérdida de referencias y con esto empieza a manejar mucho estrés y mucha propensión a la depresión.

En la fase de reorientación la mujer busca nuevas referencias de donde ella pueda partir y crear un futuro, reordena y crea nuevos esquemas mentales que vayan de acuerdo con su nuevo estilo de vida para que haya congruencia entre ella y la realidad que está viviendo y también evitar nuevas confrontaciones.

La mujer se autoinculpa por un estado de indefención y resistencia pasiva y poco a poco asume el modelo de su pareja y buscando como protegerse y manejar la situación.

En la fase de adaptación la mujer muestra parte de la culpa ante los demás donde trata de disculpar al esposo o pareja creando esa conducta que en apariencia pareciera identificarse con el agresor y estar de acuerdo con su situación.

El “Síndrome de Estocolmo” es muy difícil de romper en ocasiones lleva a la mujer a continuar con su relación por muchos años y cuando logra comprender la situación aún queda la necesidad pues hay una inercia y una dinámica y casi siempre subsiste la esperanza “de que algún día cambie”.

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